Aragosaurus, Aspanias y Atapuerca

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Llevo cerca de 20 años estudiando los fósiles de los vertebrados más pequeños del cuaternario de Atapuerca. La microfauna Pleistocena, así es su expresión científica, es una herramienta de datación relativa y reconstrucción paleoclimática y paleoecológica de la geología y de la arqueología en medios continentales. Durante este tiempo, con la ayuda de mi equipo de microfauna del Proyecto de Atapuerca, hemos analizado y estudiado cerca de 100.000 restos fósiles, que miden entre 0,5mm y 5 cm. Las excavaciones continúan, por lo que es posible que en la actualidad tengamos más del doble de esta cantidad para ser estudiado.

La extracción de los microfósiles es una tarea que requiere muchas horas de trabajo y una cuidadosa metodología. Primero, durante la excavación de los yacimientos los fósiles y los materiales arqueológicos se separan del sedimento cuando tienen más de 5cm. Segundo, el sedimento se guarda en sacos y se etiqueta convenientemente. Tercero, los microfósiles se concentran mediante la técnica del lavado tamizado que se ejecuta durante la campaña de campo en Atapuerca. Durante estas campañas lavamos, mediante la técnica de lavado-tamizado con agua, cerca de 25 toneladas del sedimento que se extrae en las excavaciones de los distintos yacimientos de Atapuerca. Una tonelada puede representar de 40 a 60 muestras que se lavan en un solo día de campo. En estos 20 años he ido optimizando la maquinaria de concentración de microfósiles para lograr una mayor eficiencia a la vez que los mejores resultados. Lavar el sedimento que se extrae de las cuevas requiere un minucioso seguimiento de cada muestra extraída: perder una etiqueta o una etapa durante el proceso supone tener que desechar muestras cuya identificación se ha perdido.

Tras el lavado-tamizado obtenemos los concentrados de fósiles junto con sedimento no soluble en agua. Cada concentrado puede pesar de 2 a 10 kilogramos por muestra.  Además, cada concentrado contiene de cientos a miles de fragmentos de microfósiles y de éstos sólo unas decenas nos permiten identificar las especies fósiles que vivieron en las cercanías de la Sierra de Atapuerca durante el cuaternario.
Estos concentrados se trían en el laboratorio. El triado consiste en separar el fósil de la ganga. Los pequeños huesos se pueden distinguir a simple vista en el concentrado grueso.
Y aquí es donde los alumnos del Centro Ocupacional de ASPANIAS de Burgos forman la mejor de las alianzas con las investigaciones de Atapuerca.

Ellos nos ayudan a separar los fósiles del concentrado grueso. Los fósiles de más de 3mm pueden separarse con la ayuda de pinzas, una buena luz, y dedicación. Cada monitor se hace cargo de un grupo variable de alumnos, entre 6 y 10 y entre todos trían una muestra única, separando los fósiles del concentrado. Cuando terminan, guardan los fósiles en una bolsa de plástico y la etiquetan con la misma etiqueta que procede de las excavaciones. Si hay fósiles relevantes los fotografían y me envían las fotos para que yo les dé información sobre lo que han encontrado. Esta información se va guardando en fichas que serán la base de un libro sobre la microfauna del Pleistoceno de Atapuerca que estoy preparando.  Cuando vienen a visitarnos o voy yo a Burgos me entregan el material triado para que podamos estudiarlo. Los fósiles de menos de tres milímetros requieren el uso de microscopios o lupas binoculares y se trían en nuestros laboratorios de Zaragoza.

 “La visita fue muy grata para todos, el grupo Burgalés nos dedica estas palabras que apenas he cambiado:
El día 27 de Mayo un grupo de cincuenta alumnos del Centro Ocupacional ASPANIAS Burgos nos fuimos rumbo a Zaragoza, teníamos una gran ilusión, íbamos a conocer todo el trabajo que desarrollan en la Facultad de  Ciencias  concretamente en el departamento de Ciencias de la Tierra
Allí nos esperaba Gloria Cuenca que ejerció de cicerón durante todo el día. Fue la Decana de la Facultad la que nos dio la bienvenida y nos expresó y agradeció nuestra visita. Más tarde fuimos a visitar el Museo Paleontológico los despachos donde geólogos, paleontólogos… investigan, analizan y clasifican todos los restos fósiles que encuentran. Fue muy enriquecedor poder ver e incluso tener en nuestras manos huesos pertenecientes a dinosaurios y otros restos de animales. Era como meternos en la película de “Jurassic Park “. Pudimos ver cómo trabajan e investigan este mundo tan apasionante. De alguna manera nos sentimos cercanos a ellos cuando pudimos ver los huesos que clasificamos en nuestro centro y que son llevados allí para investigar y datar. Después un picnic en el campus para recobrar fuerzas y por supuesto antes de volver a Burgos visitamos El Pilar. Fue un día muy intenso que recordamos con satisfacción y alegría”

LUGAR Zaragoza, Burgos, España

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