La última cena de un trilobite del Ordovícico

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Tomografía del trilobites Bohemolichas incola en cuyo intestino se aprecian los restos de caparazones de invertebrados que consumió antes de morir. Nature (2023)

Los trilobites es un grupo muy popular de artrópodos fósiles que vivieron en el Paleozoico. El uso de técnicas de escaneo está permitiendo llegar a responder cuestiones inabordables hasta el momento como ¿Cuál era la alimentación de los trilobites? Se tenía una idea de lo que comerían, pero no había ninguna evidencia hasta ahora. Un equipo de investigadores ha estudiado un ejemplar de Bohemolichas incola procedente Ordovícico de la República Checa con el escáner del Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón de Grenoble (ESRF, por sus siglas en inglés). Con esta metodología se ha obtenido imágenes de una resolución extraordinaria donde se puede ver en su interior los fragmentos de conchas que formaron parte de su dieta. El ejemplar estudiado era bien conocido por los investigadores, además de su extraordinaria conservación, se podían ver en su interior pequeños fragmentos de conchas que con las técnicas tradicionales no podían estudiarse. El uso de la técnica de la microtomografía con el sincotrón les ha permitido introducirse dentro del fósil sin dañarlo y poder identificar estos diminutos fragmentos.

Los alimentos más abundantes que se encuentran en el interior son ostrácodos (crustáceos microscópicos con caparazón, que todavía existen hoy en día), los estilóforos (equinodermos extintos, emparentados con las estrellas de mar y los erizos de mar, pero que parecían pequeñas guitarras eléctricas) y los hiolitos (animales extinguidos con forma de cono).  Los investigadores han usado el símil de una aspiradora para explicar el contenido estomacal del trilobite. Atrapaba todo lo que fuera los suficiente pequeño que cupiera en su boca.  Los autores creen era un carroñero oportunista y no discriminaba demasiado lo que comía, tragando cualquier resto orgánico lo suficientemente pequeño para su boca, o lo suficientemente frágil como para romperse fácilmente.

Los autores de la investigación apuntan “Creemos que pudo haber estado comiendo tanto porque estaba a punto de mudar (despojarse de su duro caparazón para crecer) y necesitaba llenar su intestino casi hasta estallar para poder inflarse y crear presión que rompería el viejo caparazón”. También añaden que los fragmentos de caparazón no han sido dañados por los ácidos del estómago, lo que indicaría que el intestino tenía un pH neutro o ligeramente alcalino, similar al de otros artrópodos modernos, como los cangrejos y los cangrejos herradura.

Se trata de un gran descubrimiento que nos abre la puerta para entender mejor a estos artrópodos fósiles

La referencia completa del artículo

Kraft, P., Vaškaninová, V., Mergl, M. et al. Uniquely preserved gut contents illuminate trilobite palaeophysiology. Nature (2023). https://doi.org/10.1038/s41586-023-06567-7

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