Los últimos dinosaurios de Europa se encuentra en Huesca

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Los monstruos y los gigantes forman parte de ese mundo fantástico que tenemos en la cabeza y que en muchos casos los humanos hemos querido ver en los fósiles. Un buen ejemplo cercano se cita durante la construcción de la ermita de San Jorge en 1554. Diego Aynsa, en su libro “Fundación, excelencias, grandezas y cosas memorables de la antiquísima ciudad de Huesca” cita presencia de grandes huesos en el lugar donde se construyó. Cuando se escribió esta referencia  hace varias siglos no se conocía los dinosaurios, ni tan siquiera en muchos casos el origen orgánico de los fósiles. En la actualidad leyendo esta vieja cita podríamos pensar que habían encontrado algunos huesos de dinosaurios, teniendo en cuenta lo habitual que es asignar los huesos fósiles con estos vertebrados. Se trata de una consecuencia más de la dinomanía que nos invade. Sin embargo, esto no puede ser porque la ciudad de Huesca se encuentra en rocas del Terciario, formadas muchos millones de años más tarde que se extinguieran los dinosaurios. Seguramente esos grandes huesos descubiertos en San Jorge serían de grandes mamíferos extinguidos que vivieron hace más de 20 millones en la Hoya de Huesca.

Para buscar los dinosaurios oscenses es necesario desplazarse a algunas partes del Prepirineo, donde los grandes movimientos de plegamiento de la corteza terrestre ha permitido que afloren rocas antiguas del Cretácico. Los yacimientos con estos colosos se encuentran en una franja que recorre de este oeste desde Arén hasta Campo afloran las mismas formaciones geológicas que en el Pirineo catalán son bien conocidos por sus fósiles de huesos y huevos de dinosaurios. La importancia científica de los dinosaurios de Huesca es enorme, son los que tienen más transcendencia internacional en Aragón. Sirva como ejemplo que se han publicado más de 100 trabajos científicas sobre ellos, algunos en las revistas más importantes de Paleontología. La razón de este interés es que se tratan de los dinosaurios más modernos de Europa. Como bien saben nuestros lectores, la mayor parte de los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años (límite K/T) posiblemente  coincidiendo con la caída de un gran objeto extraterrestre. Hay pocos lugares del mundo donde tengamos el registro geológico de este intervalo temporal con dinosaurios. El Pirineo de Huesca es uno de esos lugares. Hemos podido documentar con precisión hasta el momento en que vivieron los dinosaurios, y a partir del momento en que se extinguieron.

Pero la historia de los dinosaurios oscenses es moderna. Solo hace 30 años, en la primavera de 1994, Nieves López Martínez se puso en contacto conmigo y con Gloria Cuenca, también profesora de la Universidad de Zaragoza para informarnos de un hallazgo en Arén que nos podía interesar. Junto con Gloria formábamos el embrión del grupo de investigación Aragosaurus-IUCA. Una de nuestras líneas de trabajo era la investigación de los dinosaurios en Aragón, hasta ese momento centrada en los dinosaurios turolenses. Hasta ese momento no se conocían restos de dinosaurios en Huesca, sin embargo éramos consciente que podían encontrarse.     

Hay proyectos que marcan personal y científicamente como son los dinosaurios de Arén. Desde el principio la buena sintonía con el ayuntamiento y la decidida ayuda económica de la DGA permitió abordar un proyecto complejo como la excavación de los yacimientos de Blasi en el término municipal de Arén. Los fósiles se encontraban en una roca muy dura y sin acceso con vehículos. Pero los problemas se fueron solucionando, se construyó un camino y se desarrolló una nueva técnica de excavación más cercanos al trabajo del cantero. Usamos amoladoras, martillos pilones y otro material pesado, si el lector nos hubiera visto, la imagen tendrían poco que ver con el paleontólogo de las películas. Con el trabajo de colegas y muchos voluntarios durante cinco años recuperamos cientos de huesos de vertebrados de seis yacimientos distintos. Fueron necesarios cientos de horas de trabajo en el laboratorio para ir separando matriz de los fósiles. Entonces comenzaba el trabajo del investigador en el laboratorio.

La mayor parte de estos huesos descubiertos en Arén pertenecen a hadrosaurios, los popularmente conocidos como “dinosaurios picos de pato”. Se trata de unos dinosaurios comedores de plantas caracterizados por tener cientos de dientes en su mandíbula. La mayor colección proviene del yacimiento Blasi 3. Prácticamente están representados todos los huesos del esqueleto, incluyendo el cráneo. El estudio detallado permitió descubrir que no había ningún otro hadrosaurio igual en el mundo, por eso lo pudimos nombrar como Arenysaurus ardevoli. Se trataba del primer dinosaurio del Pirineo aragonés y de esta manera es conocido mundialmente. Al que escribe le da un poco de rubor de referirme al segundo hadrosaurio de Arén, en este caso del yacimiento Blasi 1. Es un ejemplar menos completo, pero tiene huesos tan importantes como la mandíbula. El nombre que le dieron los colegas fue Blasisaurus canudoi, ya se pueden imaginar a quién está dedicado. Cuando empiezan a dedicarle nombres de dinosaurios a los investigadores es que están cerca de jubilación, espero que no sea el caso. Blasisaurus también es un hadrosaurio pero diferente a Arenysaurus en algunos caracteres del cráneo. Por tanto en Arén hay descritas dos especies diferentes de dinosaurios, mérito que tienen pocas localidades españolas. Además se encontraron dientes de dinosaurios carnívoros de pequeño tamaño, al menos hay cuatro tipos distintos. Serían parientes de los famosos Velociraptor conocidos por Parque Jurásico, pero poco más podemos decir. En uno de los yacimientos de Arén (Blasi 2) también hemos encontrado cáscaras de huevo de dinosaurio y de cocodrilos. Son solo fragmentos aislados recuperados en el lavado-tamizado de varias toneladas de sedimentos, pero esperemos que con un poco de tiempo podamos encontrar los huevos enteros.

A finales de la década de los 2000 recuperamos dos cráneos de cocodrilos en rocas de 66 millones de años. Se trata de un descubrimiento excepcional, al ser los primeros que se encuentran en nuestro país en rocas cercanos a la extinción de los dinosaurios. Como cabía esperar se trataba de dos nuevos taxones, uno de ellos lo llamamos Arenysuchus y tuvo una gran transcendencia en prensa al representar una especie que nos informa sobre los primeros pasos en la evolución de los cocodrilos modernos. El segundo lo hemos nombrado Allodaposuchus subjuniperus. Se trata de un maravilloso un cráneo prácticamente completo. El nombre del género ya era conocido y pertenece al grupo que forma el origen del linaje del que descienden todas las especies actuales de cocodrilos, gaviales, aligátores y caimanes.

Si he logrado interesar al lector con el relato, sin duda le gustaría poder conocer un poco más y además poder ver los fósiles. El Museo de los últimos dinosaurios de Arén ocupa un edificio de tres plantas (el antiguo ayuntamiento) en el casco antiguo de la localidad. La primera planta tiene en su entrada unas icnitas marcadas en el suelo que terminan en la reconstrucción de Arenysaurus. Hay videos donde se explica cómo se recuperaron los restos, se pueden ver algunos de los huesos más espectaculares como es una cola articulada. Si además nos apetece conocer “in situ” donde se excavaron los fósiles, hay un pequeño recorrido, de una hora o un poco más, que sube al yacimiento donde hay paneles explicativos y las reconstrucciones de los huesos tal y cómo se encontraron.  Incluso nos podemos animar a visitar un yacimiento de icnitas de hadrosaurios muy cerca del pueblo. Se trata de una experiencia única poder disfrutar de los dinosaurios en el mismo lugar donde se encontraron y visitar un rincón precioso de nuestro Pirineo.
 
Fotografías. Se pueden descargar Aquí :Cuando se pincha en la imagen, hay una opción de máxima calidad (arriba y a la derecha)

LUGAR Aren, Huesca

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