Mujeres viajeras

Inicio / Paleoantropologia / Mujeres viajeras

La proporción entre los isótopos pesado y ligero del estroncio que encontramos en las coronas dentales de los mamíferos es la misma que la de los tejidos de las plantas de las que se alimentaban cuando dichas coronas se estaban formando (o de las plantas de las que se alimentaban sus presas, en el caso de los depredadores). A su vez, las plantas extraen el estroncio del sustrato sobre el que viven y por tanto presentan la misma proporción isotópica que éste. Por otro lado, la naturaleza geológica del terreno determina variaciones geográficas en las proporciones isotópicas del estroncio, pues distintos tipo de rocas presentan proporciones isotópicas diferentes. Teniendo todo ello en cuenta, es posible determinar si una determinada corona se formó cuando el animal vivía, o no, en determinada área geográfica, comparando las proporciones isotópicas del estroncio de la corona dental con la correspondiente a la del área geográfica en cuestión.

    Los fósiles de A. africanus y de P. robustus estudiados se encuentran en yacimientos enclavados en una región de rocas dolomíticas que tienen una proporción isotópica del estroncio característica. Los autores del trabajo midieron y compararon las proporciones isotópicas de las coronas dentales de los homínidos estudiados con la correspondiente a la zona de los yacimientos para determinar si vivían en esa zona cuando sus coronas dentales se estaban formando. Y el resultado ha sido extraordinariamente interesante. Tres cuartas partes de las piezas dentales de tamaño pequeño (a más de una desviación típica por debajo de la media de la muestra) de ambas especies se formaron fuera de la zona dolimítica en que se enclavan los yacimientos. Sin embargo, la mayoría (83%) de las piezas grandes (a más de una desviación típica por encima de la media de la muestra) de ambas especies se formaron en la zona dolomítica de los yacimientos.

    Teniendo en cuenta que el dimorfismo sexual en estas especies se expresa fundamentalmente en tamaño, es razonable pensar que las piezas pequeñas corresponden a hembras y las piezas grandes a machos. Y puesto que las coronas dentales se forman durante la infancia, podemos concluir que la mayoría de las hembras crecieron en un lugar diferente de donde luego vivieron de adultas (la zona dolomítica), mientras que los machos permanecieron en la misma zona (la zona dolomítica) en la que habían crecido. Es decir, que eran las hembras de ambas especies las que se desplazaban entre grupos, mientras que los machos permanecían en el mismo grupo en que habían nacido.
    Este resultado refuerza la hipótesis enunciada hace años por el prehistoriador Robert  Foley de que los primeros homínidos formaban sociedades patrilocales de machos emparentados, lo que tiene profundas implicaciones a la hora de establecer la sociobiología de los primeros representantes de nuestro linaje.
Por otra parte, estos resultados también riman bien con las ideas del genetista Luigi Cavalli-Sforza, quien ya propuso, partir de estudios sobre la distribución mundial de las variantes del ADN mitocondrial y del cromosoma Y, que habían sido las mujeres quienes históricamente se habían desplazado entre los distintos grupos, llevando así sus genes por todo el mundo, mientras que los varones habrían permanecido preferentemente en sus grupos natales.  

REFERENCIA COMPLETA

Sandi R. Copeland, Matt Sponheimer, Darryl J. de Ruiter, Julia A. Lee-Thorp, Daryl Codron, Petrus J. le Roux, Vaughan Grimes & Michael P. Richards (2011). Strontium isotope evidence for landscape use by early hominins, Nature 474, 76-79.

LUGAR

Hay más noticias