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Nuevos descubrimientos dinosaurios ornitópodos del Jurásico Superior de Asturias.
Los ornitópodos son los dinosaurios comedores de plantas más abundantes en el Cretácico de la Península Ibérica, sin embargo la situación es diferente en el Jurásico Superior donde son faunas escasas y mal conocidas por el momento. En España los sedimentos con dinosaurios del Jurásico Superior se encuentran representados en Asturias (La Costa de los Dinosaurios) y en diferentes afloramiento del Sistema Ibérico (Burgos, Teruel, Soria). Las faunas de dinosaurios comedores de plantas más abundantes son los saurópodos. De hecho se han descrito varios taxones como Galvesaurus y Turiasaurus en sedimentos del final del Jurásico en Teruel.
Se celebran los 150 años del descubrimiento del yacimiento cámbrico de Murero
El yacimiento de Murero fue descubierto en 1862 por De Verneuil, que fue una de las figuras más destacadas de la geología francesa del siglo XIX y un gran conocedor de la paleontología del Paleozoico. El parisino Philippe-Edouard Poulletier de Verneuil (1805-1873) estudió en la escuela de minas, donde fue discípulo de Jean-Baptiste Élie de Beaumont. Interesado principalmente por la geología estratigráfica y la paleontología del Paleozoico y del límite Cretácico-Terciario, realizó numerosos viajes por Europa, norte de África, Rusia y Estados Unidos.
Las primeras icnitas de estegosaurios del Berriasiense europeo
Es bien conocido que la Cuenca de Cameros es uno de los lugares de la península Ibérica que está proporcionando más huellas de dinosaurios y otros “reptiles” mesozoicos (Moratalla y Sanz, 1997; Pérez-Lorente, 2002; Hernández-Medrano et al 2008). Su presencia es una prueba de la existencia de estos animales en estas tierras durante el Jurásico y el Cretácico, aun cuando, en ocasiones, no se hayan encontrado todavía restos óseos de los mismos. Uno de estos casos, es el de los estegosaurios. Estos dinosaurios, fácilmente reconocibles por la presencia de grandes placas dispuestas sobre sus lomos y de espinas óseas en su cola, fueron muy abundantes durante el período Jurásico, pero decayeron rápidamente durante el Cretácico (Galton y Upchurch 2004). En la península Ibérica fueron relativamente frecuentes durante el Jurásico Superior (Pereda-Suberbiola y Galton 2001).


























