Nuevos descubrimientos sobre la dieta de los primeros cérvidos

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El punto de partida tradicional es que los cervidos primitivos eran ramoneadores (es decir, que se alimentaban básicamente de hojas, brotes y frutas). Sin embargo el estudio publicado en BMC Evolutionary Biology indica que su dieta estacionalmente en función de la disponibilidad de alimento. Además serían capaces de alimentarse hierba. “Con estos datos, ya no se sostiene que los primeros ciervos se alimentaran exclusivamente de hojas, brotes y frutas, y tampoco que en el curso de la evolución, el estado ramoneador originara los otros tipos de alimentación herbívora (mixta y pacedora)”, afirmó a SINC nuestro compañero y autor principal de la investigación, Daniel De Miguel.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación, ha examinado la funcionalidad de los dientes de los herbívoros con muestras fósiles halladas en el yacimiento de Artesilla, en la cuenca de Calatayud-Daroca (Aragón). El análisis combinado de desgaste dental (micro y mesodesgaste) y morfología funcional (hipsodoncia y expectativa de vida) han permitido demostrar que los dientes de corona baja de estos ciervos mostraron un acusado desgaste como consecuencia de una dieta abrasiva. Este patrón de desgaste es frecuentemente observado en grupos más especializados, donde los dientes suelen ser más altos para compensar el mayor desgaste que supone una dieta rica en pasto.

La altura baja de las coronas ha sido la evidencia por la que tradicionalmente se supuso que los primeros ciervos consumían diferentes tipos de material vegetal no abrasivo propios de ramoneadores. Sin embargo, el equipo interpreta que “por las marcas y tipos de análisis realizados, estos animales tenían una dieta abrasiva e ingerían pasto”, puntualizó Beatriz Azanza a SINC.

De Miguel atribuyó el incremento progresivo de hierba en la dieta como “necesario para adaptarse y poder sobrevivir en un medio cambiante donde el pasto era cada vez más frecuente”. Los inicios del Mioceno Medio, hace 14 millones de años, estuvieron marcados por una serie de cambios que provocaron una bajada de temperaturas importante. Esto se acentuó en el Mioceno Superior originando una expansión de las áreas de pastos (praderas y sabanas) que se ha detectado en todo el mundo hace 8-6 millones de años.

La refencia completa es: D. DeMiguel, M. Fortelius, B. Azanza, J. Morales. “Ancestral feeding state of ruminants reconsidered: earliest grazing adaptation claims a mixed condition for Cervidae”. BMC Evolutionary Biology , 8:13 2008

LUGAR Daroca, Zaragoza, España

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