Yacimiento: Fondota, Abiego, Huesca

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Descripción:


El 16 de Junio de 1973 en el desaparecido diario Pueblo en Aragón se publico la primera referencia escrita a este yacimiento. Es un artículo escrito por J. L. Aranguren Egozkue con el título «centenares de huellas» donde se entrevista a Jesús Conte, descubridor de las huellas: “en Abiego se conocían cientos de huellas fosilizadas de la partida de los Pedregales… desafortunadamente la roca que las contenía fue extraída para producir gravas y rellenar la carretera”. Esta información puso sobre la pista a Jesús, quien comenzó una búsqueda en terrenos similares hasta encontrar el nuevo yacimiento. Este erudito local buscó la ayuda de los investigadores para confirmar su descubrimiento. El geólogo y físico Fernando Villalón, el ingeniero de minas Cecilio Oliver y el paleontólogo Emiliano Aguirre (conocido por ser el impulsor de las excavaciones de Atapuerca) fueron quienes le orientaron. Conte explica cómo estos paleontólogos relacionaron las icnitas con Archaeotherium, un mamífero extinguido pariente lejano de los actuales jabalís, pero de mayor tamaño y con el cráneo más alargado y ornamentado con protuberancias óseas. Las icnitas de Abiego son bien conocidas por los vecinos de la localidad debido a la buena conservación que presentan y la cercanía morfológica a mamíferos actuales. De hecho la primera vez que lo visitamos, uno de los habitantes nos explicó que las pisadas eran de ovejas subiendo por la roca. Su observación iba bien encaminada, ya que las relacionaba con artiodáctilos actuales, grupo al que pertenecen los jabalís y Archaeotherium. A finales del 2004 y comienzos del 2005 se realizó una adecuación del yacimiento para la visita con paneles explicativos, la restauración del mismo y además un estudio científico que incluye la tafonomía espacial con un completo mapa de las icnitas.

Panel interpretativo del yacimiento de Abiego

Todas las icnitas del yacimiento de Fondota tienen dos dedos lo que indica que están producidas por artiodáctilos. A este orden de mamíferos pertenecen los que tienen un número par de dedos (2 ó 4). Son animales herbívoros como los actuales suidos (cerdos y jabalís), ciervos, ovejas, vacas y camellos. Se han catalogado 1102 icnitas, que en muchos casos están aisladas (no agrupadas en rastros) o poco marcadas. Los rastros se superponen dificultando en diferenciar rastros individuales. Para simplificar el mapa y poder estudiarlo hemos separado 205 icnitas de tres tipos distintos distribuidos en 31 rastros. De esta manera tenemos una imagen del patrón de distribución de las icnitas a lo largo del yacimiento. Se han diferenciado 3 icnoespecies distintas:

Entelodontipus cf. viai: Son escasas y están poco marcadas en la roca. Se han reconocido en la parte oeste del yacimiento. Son icnitas aisladas, aunque en un caso se ha podido identificar un rastro. Están producidas por artiodáctilos con pies y manos de dos pezuñas contiguas. Su contorno es ovalado-periforme, con la impresión aguda de dos uñas en la parte anterior, y una sección más circular en la posterior. La longitud oscila entre los 4-5 cm y máxima anchura en la parte medio-posterior. Las impresiones de las dos pezuñas están bien diferenciadas, son paralelas y de tamaño similar. La impresión de los pies y de las manos son de similar tamaño y en ningún caso se superponen. Estas icnitas son parecidas a las de Entelodontipus viai definida por los investigadores Lourdes Casanovas y José Santafé en el Oligoceno medio de Agramunt (Lleida). Las icnitas de Abiego son de menor tamaño, similares a las del Oligoceno inferior de Navarra clasificadas como Entelodontipus cf. viai por el investigador Humberto Astibia y colaboradores. Entelodontipus fue producida por Entolodon, un mamífero cercano a los jabalís actuales y que fueron abundantes en el Oligoceno de Europa.

Rastros artiodáctilos en el yacimiento de Fondota, Abiego

Anoplotheriipus cf. lavocati: Son las icnitas más abundantes en el yacimiento, aunque presentan una gran variedad morfológica, debido a la deformación por caída de barro. Estas diferencias son la disminución de tamaño, perdida de la marca de los dedos y cambios en contorno. Las icnitas son más largas que anchas con la marca de dos dedos con final agudo, marca de una falange con uña. Cuando la icnita está bien conservada es ovalada, presentado la parte mas ancha en la zona media de la icnita. La morfología es claramente la de un artiodáctilo, sin embargo la ausencia de separación de los dedos indica la presencia de una zona carnosa uniendo los dedos. La forma ovalada nos está indicando un pie ensanchado, típico de organismos adaptados a moverse sobre suelos blandos y arenosos (como los camellos) o pantanosos (como los renos). La impresión de las manos es morfológicamente similar, aunque de menor tamaño. Estas icnitas suelen variar entre 12 y 18 cm de longitud. Los rastros son estrechos y alineados, siendo difícil diferenciar la impresión de pie y de la mano. El mamífero se desplazaba moviendo pie y mano del mismo lado a la vez, un tipo de desplazamiento indicativo de un trayecto sinuoso. Un patrón similar lo presentan en la actualidad los camélidos. Además existen varios rastros alineados de ese tipo, sobre todo en la parte central del yacimiento, indicando un desplazamiento en manada. Estos rastros tienen una dirección prácticamente norte-sur. También hay algún rastro aislado de dirección este-oeste, especialmente el más largo del yacimiento, con más de 12 icnitas alineadas.

Anoplotheriipus compactus: Son icnitas relativamente abundantes en el yacimiento, especialmente en el extremo oeste del yacimiento, donde se encuentran varios rastros alineados, prueba de un desplazamiento en manada. Morfológicamente son parecidos a las de Anoplotheriipus cf. lavocati pero se diferencian sobre todo en las proporciones de longitud y la anchura, ya que las de Anoplotheriipus compactus son mucho más anchas. Algunas están perfectamente conservadas, sin caída de barro en su interior. El contorno de la huella es subcircular o subovalado, siendo prácticamente igual de ancha que de larga (entre 15 y 20 cm.). Presenta la marca de los dedos 3 y 4 en forma de uña subtriangular y mas grande que las de Entelodontipus. La morfología de esta icnita es claramente la de un artiodáctilo, sin embargo la ausencia de separación de los dedos indica que existía una zona posiblemente carnosa que unía los dedos. La forma redondeada nos está indicando un pie muy ensanchado, típico de organismos adaptados a andar en terrenos blandos y arenosos (como los camellos) o pantanosos (como los renos). Este tipo de icnitas son morfológica y biométricamente indistinguibles de Anoplotheriipus compactus también descrito por Ellenberger en Francia. Los rastros son similares a los de Anoplotheriipus cf. lavocati y parecen estar realizados por artiodáctilos cercanos morfológicamente, podrían ser incluso de la misma especie y ser consecuencia del dimorfismo sexual. Sin embargo presentan dos morfologías distintas en todos los rastros, y no se superponen las dos icnoespecies en el mismo rastro.

IUCA. Instituto universitario de investigacíon en ciencias ambientales de Aragón. Unizar